El gobierno analiza eliminar un impuesto a los consumos en dólares, pero no es la quita que todos creen. ¿Qué cambia realmente para los usuarios de videojuegos?

Ayer, la señal de noticias TN difundió que el gobierno nacional estaría preparando un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) con una serie de medidas económicas que buscarían seducir a la clase media de cara a las próximas elecciones legislativas. Entre las propuestas mencionadas en pantalla, se destacó la posibilidad de reducir impuestos a las “plataformas de videojuegos”, lo cual generó una ola de entusiasmo en redes sociales.
Sin embargo, conviene aclarar algunos puntos clave para evitar falsas expectativas.

¿Qué impuestos pagan los videojuegos digitales hoy?
Actualmente, todas las compras realizadas en plataformas como PlayStation Store, Xbox Store, Nintendo eShop, Steam, entre otras, están alcanzadas por tres impuestos: dos nacionales y uno provincial. En esta nota nos enfocaremos en los dos tributos nacionales:
- IVA del 21%: Aplica a todos los consumos de la categoría “Servicios Digitales”, según la normativa elaborada por ARCA (anteriormente AFIP).
- Percepción del 30% por adelanto de Ganancias: Este recargo se aplica a todos los consumos realizados en moneda extranjera (dólares).
Hasta ahora, quienes querían evitar el 30% adicional podían hacerlo legalmente pagando sus tarjetas en dólares. Para eso, había que comprar dólares en el mercado financiero (MEP), lo que implicaba un tipo de cambio más elevado que el oficial pero más conveniente que el oficial con impuestos.
¿Qué cambia ahora?
Desde este lunes, se levantó el cepo cambiario para personas físicas. Es decir, cualquier persona puede acceder al dólar oficial sin tope mensual y sin los impuestos adicionales. En ese contexto, parecería lógico que también se elimine el 30% que encarece las compras con tarjeta en dólares.
Antes solo se podían comprar hasta US$200 por mes al valor oficial, y además se le sumaban 30% de impuestos que encarecían la operación. Este sistema hacía que muchos usuarios optaran por el MEP, aún siendo más caro que el dólar oficial “puro”, pero más barato que el oficial + 30%.
Pero esto no significa que desaparezcan todos los impuestos. El 21% de IVA seguirá vigente. Lo que cambia es que ya no sería necesario pagar el 30% adicional al abonar con tarjeta en pesos, algo que simplifica la operación para muchos usuarios.
¿Beneficia a todos por igual?
La medida, si se concreta, beneficiaría principalmente a consumos de suscripción mensual como Netflix, YouTube, Spotify, Game Pass, etc. En estos casos, los cargos se realizan automáticamente en pesos, pero en realidad son consumos en dólares que arrastraban ese 30%.
En cambio, en compras puntuales como juegos de US$60 o US$70, lo más común era pagarlos directamente en dólares para evitar la percepción. Para esos usuarios, el impacto será menor o incluso neutro.
Además, todo dependerá del valor del dólar oficial. Por ejemplo, si antes alguien pagaba un dólar MEP a $1.100 para evitar el 30%, y el dólar oficial era $1.050 + 30% ($1.365), el ahorro era evidente. Ahora, si el dólar oficial está a $1.250 y ya no tiene el 30%, se estaría pagando más caro que antes (en este ejemplo, $150 más por dólar).
En el caso de tiendas que operan en pesos como Xbox y Nintendo, puede resultar más cómodo para los usuarios que hacen compras pequeñas (como juegos en oferta o bugs), ya que esos consumos rara vez se pagaban en dólares.
¿Conclusión?
Sí, algo bajará, pero no tanto como parece. Y sobre todo, no para todos. Eliminar el 30% de Ganancias puede ser un alivio práctico, pero no representa una verdadera quita, ya que ese impuesto se podía evitar pagando en dólares. La clave, como siempre, está en el valor del dólar.
o que sí es seguro es que esta medida simplificará el proceso de pago: los usuarios ya no necesitarán comprar dólares previamente para luego pagar la tarjeta, algo que implicaba hacer dos pagos distintos —uno en pesos y otro en dólares— y realizar operaciones extra con cotizaciones variables. Ahora podrán abonar todo directamente en pesos.
Pero como todo, también tiene una contra: si se elige pagar en pesos, el consumo en dólares se liquidará al tipo de cambio oficial del día del vencimiento de la tarjeta, lo que puede jugar a favor o en contra según cómo se mueva la cotización. En cambio, quien compre dólares por su cuenta podrá seguir apostando al precio y asumir el riesgo de ganar o perder con la diferencia.
En definitiva, más que una baja de impuestos, es un reacomodamiento que apunta a simplificar… aunque no necesariamente abaratar. Es una jugada política con impacto limitado.
Seguí todas las noticias de Vidas-Infinitas.com en
También en